El ajo tiene tres propiedades fundamentales: protector frente a infecciones, regulador de la tensión arterial y protector contra la atereosclerosis. El ajo debe sus propiedades antiparasitarias a unas sustancias volátiles con propiedades vermifugas, es decir, matan parasitos intestinales y gastricos y debe sus propiedades antiparasitarias, bactericides, antifungidas y antisepticas a una sustancia llamada «alicina». Se ha demostrado su efectividad contra las bacterias candica albicans, trichomonas, Staphylococcus aureus, E. coli, Salmonella typhi, S. paratyphi, Shigella dysenterica y Vibrio cholerae. Como regulador de la hipertensión, el ajo actúa como vasodilatador, de esta forma reduciendo la presión arterial, y reduce la agregación plaquetaria, mejorando notablemente la circulación sanguínea. Por último, el ajo ha demostrado poseer una acción hipolipemiante, reguladora tanto de triglicéridos como de colesterol en sangre. Resumiendo, el aceite de ajo protege el sistema cardiovascular (y el organismo en general) a tres niveles: previniendo infecciones, controlando la tensión arterial y regulando el nivel de colesterol.
Ajo en polvo ECO 50 g
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Ajo en polvo ECO 50 g / Envase de vidrio de 50 g